lunes, 3 de diciembre de 2018

El proceso formativo: elementos y roles

PROCESO FORMATIVO: ELEMENTOS Y ROLES


 Elementos de un proceso formativo

La formación es el proceso mediante el cual una persona o grupo de personas configuran una perspectiva diferente de los contenidos, procedimientos y actitudes que ya conocían o habían adquirido previamente. Esta perspectiva les permite tomar decisiones fundamentadas en todo aquello que conocen o han podido elaborar. Decimos, entonces, que estas personas han llevado a cabo un proceso de aprendizaje.

El verdadero proceso de formación es el que conduce al sujeto de la formación a una transformación de los enfoques que había adquirido con anterioridad.

Entendemos el aprendizaje como un proceso de construcción. Cualquier persona aporta un bagaje formativo previo que sirve de base a los nuevos aprendizajes, los filtra y los reestructura. La formación no solamente implica recibir y retener información, es decir: memorizarla. Es necesario analizarla para comprenderla y aplicarla y valorarla a fin de que el aprendizaje sea completo y eficaz.
Quien se forma es el centro de este proceso. Así pues, la finalidad de la formación no es, desde esta perspectiva, la enseñanza, sino el aprendizaje. La actividad por parte del sujeto que se forma es imprescindible en la formación. ¿Qué elementos definen los procesos formativos?

Un proceso formativo planificado es el resultado de la interacción entre elementos diversos, entre los cuales siempre podemos identificar los básicos a partir de cuatro preguntas:
  • ¿Quién promueve la formación?
La persona o personas que planifican el programa formativo.
La persona o personas que actúan como agentes de la formación.
Su tarea consiste en conseguir que uno o diversos sujetos se formen.

  • ¿A quién va dirigida?
Al sujeto de la formación. Su tarea específica es el aprendizaje, es decir: llevar a cabo las acciones necesarias con el fin de formarse.
 
  • ¿Cómo se promueve?
Planificando y poniendo en relación los agentes y el sujeto.
Posibilitando recursos que faciliten el aprendizaje.
Promover la formación consiste en facilitar que uno o diversos sujetos se formen.
 
  • ¿Dónde tiene lugar?
En contextos diversos, dependiendo de los objetivos que se quieran alcanzar y de los sujetos de la formación en cada situación. El entorno se convierte en un elemento determinante en los procesos de formación. De la creación de un espacio apropiado para cada acción formativa depende a menudo el éxito, en términos de logro de objetivos de enseñanza-aprendizaje. En el ámbito de la formación presencial, el entorno se refiere básicamente al espacio físico compartido por los agentes de la formación (los formadores) y los sujetos (los que se forman).

El entorno se configura a partir de:
- los recursos que los agentes de la formación ponen en juego a fin de favorecer los
procesos de aprendizaje - las dinámicas de trabajo y de comunicación entre los sujetos de la formación.
Los elementos del proceso de formación son activos. Esto significa que no solamente están ahí, sino que deben de posicionarse de manera que el proceso se dé y se verifique. El diseño de acciones formativas pretende definir y estructurar este posicionamiento antes de que se dé el aprendizaje.
Un proceso formativo resulta de la interacción de diferentes elementos. Destacan el agente, el sujeto, los recursos y el entorno.

El rol del estudiante
 
La formación implica saber aprender, pero también poder y querer aprender. Quien se forma, el estudiante, se convierte así en parte activa - y no pasiva - de su propio proceso de aprendizaje. El sujeto es el eje central de este proceso. Aunque esta es la perspectiva adoptada por muchas de las teorías del aprendizaje, debemos señalar que a lo largo de la historia el papel del sujeto que se forma no ha sido el mismo, y que los diferentes enfoques han comportado prácticas educativas muy diversas, hasta opuestas, siendo los objetivos de aprendizaje muy similares o incluso iguales.
Quien se forma debe ser el protagonista del propio proceso de formación.

Tradicionalmente, el estudiante ha jugado un papel más bien pasivo, aunque a lo largo de los años y sobre todo actualmente, entendemos que el éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje depende en gran medida de la actividad del sujeto que se forma.

El rol del docente
 
El rol del docente ha sido, en muchas ocasiones, el de ser un transmisor de conocimientos, además del punto de referencia para quien se forma sobre qué ha de aprender. No obstante, hoy entendemos que el formador ha de convertirse en un facilitador del proceso de aprendizaje, más que ser un transmisor de conocimientos.

El formador es quien facilita que la persona que se forma adquiera una perspectiva no estandarizada de los contenidos de formación. Es decir: que la persona aprenda. En cualquier tipo de acción formativa, el formador o formadora no puede dejar al azar ni a la "inspiración diaria" la marcha del proceso de enseñanza-aprendizaje. El formador tendrá que, entre otras cosas, planificar y preparar las sesiones, determinar qué recursos y estrategias deberá utilizar para alcanzar los objetivos, preparar las actividades que los alumnos deberán trabajar, trazar una buena temporalización y seguirla, y averiguar cuáles son los conocimientos previos del grupo-clase. ¿Qué metodologías debe utilizar?
 
La implementación y el seguimiento del curso se realiza a través de diversas acciones del formador o formadora. Estas acciones se denominan genéricamente "acción docente".
Pero esta acción no ha de ser entendida solamente como el conjunto de actuaciones encaminadas a que la acción formativa avance de acuerdo a una temporalización más o menos realista, sino como el acompañamiento del proceso de aprendizaje de los alumnos del curso. En este sentido, la acción hay que desarrollarla:
• desde un estilo de comunicación determinado;
• activando estrategias de aprendizaje adecuadas tanto a los objetivos a lograr como a las situaciones de formación concretas que se vayan produciendo;
• y haciendo un uso adecuado y dinámico de los espacios de comunicación. ¿Qué estrategias ha de poner en práctica?
• debe aceptar de entrada la autonomía de quien se forma y utilizarla para orientar las cuestiones más importantes;
• debe quedar en un segundo término, para que quien se forma gestione al máximo el propio proceso de aprendizaje;
• ha de permitir el crecimiento del grupo como tal;
• ha de resaltar las aportaciones interesantes de los estudiantes y presentarlas al grupo;
• ha de dar respuestas comunes;
• ha de recoger aportaciones complementarias y hacerlas compartir;
• debe utilizar el error de manera positiva.

Rol de los recursos
 
La aplicación de unos recursos determinados, junto con una serie organizada de acciones, constituyen la estrategia a aplicar de cara a alcanzar unos objetivos determinados.
Los recursos...
... son todos los elementos, tanto materiales como humanos, de que disponemos para realizar una determinada acción.
... incluyen los materiales (libros, computadora, etc.), la financiación, los profesionales que intervienen, el espacio donde se desarrolla la acción, el tiempo de que disponemos para llevarla a cabo, etc.
 

Tipos de recursos
 
Desde el punto de vista de quien debe utilizarlos, hablamos de dos tipos de recursos:
• Los recursos para el aprendizaje
• Los recursos de enseñanza

Estos recursos se tienen que vehicular y poner al alcance de quien enseña y del que aprende. Es necesario que se dispongan de manera que:
• sean fácilmente accesibles por parte de los usuarios,
• respondan a sus necesidades de adquisición de conocimientos, relación y comunicación.

El rol del entorno

El entorno inmediato del espacio aula es la principal fuente de recursos educativos, aunque, a su vez, el propio espacio puede generar elementos distorsionantes del proceso de enseñanza-aprendizaje (condiciones inadecuadas de temperatura ambiental, ruidos, disposición del mobiliario, ventilación, iluminación...) Si creamos un entorno virtual de aprendizaje (por ejemplo, desde la Intranet de la biblioteca) para complementar la formación presencial, el entorno tiene que ser concebido, diseñado e implementado de manera que permita:
 • crear "comunidad" educativa (espacios comunes y de intercambio, como por ejemplo foros virtuales);
• diferentes tipos de comunicación (privada o compartida en grupo, con finalidades concretas o bien abierta, formal o informal, unidireccional o multidireccional, y entre usuarios de un mismo tipo o de tipología diversa (espacios de debate, de trabajo en grupos, etc.);
• acceder a información y recursos diversos más allá del propio entorno (por ejemplo, enlaces a recursos en web);
• acceder a los servicios y ámbitos de gestión institucional (calendarios, calificaciones, etc.)
 
Los entornos virtuales de aprendizaje tienen que posibilitar elementos y recursos que favorezcan los procesos formativos que han de desarrollarse.


Pilar María Moreno

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