Es necesario impulsar la acreditación de la experiencia laboral, reforzar la Formación Profesional y mejorar la colaboración entre el sistema educativo y el mundo empresarial
Los datos que arroja el último informe de la OCDE 2018 Panorama de la Educación nos revela que en España existe un serio problema de reproducción
social a través de la educación, especialmente para los que no alcanzan
los niveles post-obligatorios. El 55% de los adultos que no traspasan
ese umbral educativo proceden de padres que tampoco lo alcanzaron. Se
trata de un círculo cerrado de pobreza educativa luego traducida en
bajos salarios y en pobreza monetaria que vuelve a transmitirse
inter-generacionalmente. Romper dicho círculo cerrado es la máxima
prioridad para la justicia educativa y para la igualdad real de
oportunidades.
Por eso, se impone como prioridad hacer un esfuerzo para elevar la
participación de los menos formados en la educación continua para
adultos y en lograr cualificaciones que mejoren sus opciones de empleo.
En torno al 50% de la población activa española no tiene acreditada su
experiencia laboral atesorando habilidades y competencias no reconocidas
por ninguna titulación.
Los socialistas optamos por políticas igualitaristas y universalistas
que no dejen a nadie atrás fundamentadas en un enfoque de derechos y de
ciudadanía activa, puesto que las libertades individuales no pueden
ejercerse si antes no aseguramos la igualdad real de oportunidades. Para
ello es necesaria una doble estrategia.
En primer lugar, prevenir y reducir el abandono escolar, con un nuevo
modelo educativo y evaluativo más competencial, con planes y recursos
específicos, con seguimiento del alumnado que abandona para poder
reinsertarlo nuevamente al sistema, con refuerzo de la coordinación y
co-responsabilidad entre distintas administraciones y agentes sociales.
En segundo lugar, se debe fomentar la educación y formación de la
población adulta, que ha de cobrar un especial protagonismo tanto en la
educación reglada como en la no reglada. Los Centros de Educación para
Adultos juegan un papel clave como vía para la obtención de títulos y
como puente para la continuación de la formación. En esta línea de
trabajo es necesario impulsar la acreditación de la experiencia laboral,
reforzar la Formación Profesional modular que permita la conciliación del trabajo y la formación continua
y mejorar la colaboración y comunicación entre el sistema educativo y
el mundo empresarial, abordando las necesidades de formación continua de
los trabajadores que se van detectando en el ámbito laboral.
Elevar el nivel educativo de la población adulta con más
cualificaciones, no sólo contribuye a mejorar la productividad y el
desarrollo económico, sino, sobre todo, garantizar un mayor desarrollo
social y cultural de una ciudadanía más ilustrada, abierta, tolerante y
crítica que reforzará nuestra democracia y nuestra libertad.
Fuente "El Pais"
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